"YO ISABEL LA CATÓLICA"
Corría el año 1958 cuando nace Cesar Vidal Manzanares,de profesión muermo y eruptante radiopredicador de la radio de los obispos. Escribío "YO ISABEL LA CATÓLICA" obra en la que narra en primera persona las reflexiones de la reina que expulso a l@s judi@s de España y creó el tribunal de la Santa Inquisición en 1478.Queda patente la gran admiración que siente por ella.
Con voz engolada alardea de sus conocimientos y repite como los loros una y se repite una y otra vez.Haciendo enfasis en las lllll y las sssss desde la radio de la jerarquia catolica da lecciones de prepotencia , tedio y crispación a diario.
La jerarquia de la iglesia en España da cobertura a este impresentable que DEBERÍA MIRARSE AL ESPEJO más a menudo a ver si se encuentra el alma.
Otro con sindrome de Cow (sin boy)...
tan culto y se ve que no ha leido la carta de San Pablo a los Corintios
Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.
Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy.
Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.
La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.
Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. La caridad no acaba nunca.
Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia.
Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño. Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido. Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.
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